Snowpiercer. Bong Joon-Ho (2013)
Lo que oculta una problemática mundial no son sino las actitudes que el
conglomerado de personas adopta tras la crisis. Una pandemia, una catástrofe natural
o un apocalipsis zombie solo conforman un punto de partida uniforme para desatar
y poder explorar las diversas acciones que un sujeto llevara a cabo. En
resumidas cuentas, se apropiará de él su instinto hacia la individualidad o la preocupación
social subjetiva lo guiará en contra de la selección natural.
‘Snowpiercer’ (2013) fue el quinto largometraje del galardonado Bong Joon-Ho,
con recursos cuasi-hollywoodenses lleva a la pantalla grande la novela gráfica
francesa ‘Le Transperceneige’ en donde, tras un ‘error en los cálculos’
formulados para combatir el calentamiento global, el resto del mundo no abatido
tras ese error viaja en un tren construido para postergar su extinción. Las
facciones sociales persisten y mientras unos cuantos disfrutan de la parte
delantera con excesos descomunales, los menos agraciados sobreviven en la parte
trasera para solventar el equilibrio que de alguna u otra manera se termina por
cumplir. Curtis (Chris Evans) dirige la insurrección de la parte trasera junto
a su fiel séquito en una lineal sección de niveles con el fin de llegar hacia
la maquinaria principal dirigida por su creador Wilford (Ed Harris) y lograr la
sublevación.
Si existe la opción entre la exploración lineal de la lucha de clases conviene
hacerlo de una manera o intrépida o solemne. La noción de dicha exploración permite
diversas interpretaciones para llegar a comprender con claridad el mensaje. En
esta ocasión, el mensaje cimentado en un filme de acción y ciencia ficción
cautiva en momentos como una lucha entre la oscuridad y antorchas y en la revelación
de distintos niveles como el dedicado al ‘aprendizaje’, la comida, el agua y
los diferentes ecosistemas que trazan el camino hacia el circulo de la gula y
la avaricia bajo la fotografía de Kyung-Pyo Hong que retrata un reparto coral
que ejecuta un guion que trastabilla en los distintos clichés, los giros de tuerca
y discursos previsibles e importunos en los extremos de la película. La particularidad
arremete contra estos pequeños traspiés al encomendar sus fortalezas dada la
genialidad del director sudcoreano en pro de la innovación y la sátira como en este proyecto.



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