Suspiria. Luca Guadagnino (2018)
‘This is a waltz
thinking about our bodies’ (Suspirium, Thom Yorke 2018)
La eterna dualidad del todo.
Blanco y negro, violencia y paz, hombres y mujeres, el cielo y el infierno, el
bien y el mal, derecha e izquierda, capitalismo y socialismo, esclavitud y
libertad. La mayoría de los hombres habitamos en esa zona gris, sin tomar
partido por ningún bando y solo vemos arder y renacer nuestro alrededor cuando
estas facciones se enfrentan. Una solución es buscada en la destrucción de uno y
final aceptación del camino hacia donde nuestra vida se dirige. A manera de hipérbole,
la adaptación de Suspiria por Luca Guadagnino quiebra un paradigma personal y
grupal, tradicional y arraigado, para un nuevo comienzo en un inesperado final.
La trama se centra en la incursión
y aceptación de una bailarina americana (la histriónica Dakota Johnson) en una
sofisticada academia de danza alemana alrededor de la década de los 70, en
donde ira descubriendo, tras la desaparición de algunas compañeras, sartas de
brujería. Es preciso mencionar que esta es una adaptación de la película Suspiria
(1977) por Dario Argento, protagonizada por Jessica Harper (quien realiza un
cameo en este ‘remake’) y con apariciones de Miguel Bosé, película considerada
como obra de culto por su particular uso de colores estridentes y escenas
viscerales novedosas, la cual forma parte de una trilogía alrededor del mito de
‘las tres madres’. En este thriller y filme de terror, Luca Guadagnino (a quien
recordamos por la bellísima Call me by
your name de 2017) toma solo el guion y, prácticamente la historia
original, para crear una nueva versión con su sello. De aqui parten diferentes
tramas (recuerden las primeras líneas de este párrafo): Susie Bannion es la bailarina
americana de origen menonita con una habilidad innata para la danza en donde
busca su destino; siguiendo la complejidad del guion, lo ortodoxo de su religión
y familia es recordado a menudo en forma de culpa, represión y búsqueda de
libertad. A su vez, el contexto político, que toma lugar en el otoño alemán, constituye un ambiente sombrío ideal comparado al caos en la
academia de danza liderada por Madame Blanc (la multifacética Tilda Swinton);
caos que se cierne en la sucesión del poder del aquelarre impuesto por Helena
Markos (Tilda Swinton), quien sostiene ser la reencarnación de la ‘Madre
Suspiriorum’. Asi pues son las distintas tramas su yugo y su corona (imagínense
que aun faltaría ahondar en la culpa de un psicoterapeuta por los azotes de la
segunda guerra mundial, el personaje de Grace Moretz con tendencias esquizofrénicas
y radicales o el intento de exaltación matriarcal y femenina a través de la
danza y el poder que se puede ver reflejado en cada escena de baile y, sobre
todo, en el clímax de la película que se cubre en un escabroso tono rojizo que
encumbre la aceptación del destino del personaje principal con una apertura en
su tórax en forma y metáfora de un ciclo menstrual, con obvias pero sutiles
referencias al largometraje original).
A sabiendas de la trayectoria de
Guadagnino, no es difícil vislumbrar el carácter artístico de la fotografía.
Desde las primeras escenas, la paleta de colores conforma un signo de reflexión;
los montajes en la granja, donde proviene Susie, formarán las tomas más
brillantes en comparación a la sombría escala de grises que se utilizan en los
paisajes alemanes y la academia. Además, las tomas que siguen cada parte de la anatomía
en las escenas de danza contemporánea crean un ambiente lleno de energía y
ferocidad, destacando que el mismo recurso es utilizado para las escenas de
horror.
Para concluir, y como se menciono
anteriormente, la multiversidad del guion es tan vasta que puede llegar a ser
incomprensible o, incluso, inconclusa. En aspectos técnicos, de vestuario y
actorales parece no haber falla alguna. ¿El remake era necesario? No. ¿Hay alguna
duda de la capacidad del director italiano? Tampoco.
Pd: no se puede dejar de
mencionar el soundtrack por Thom Yorke, con el uso de sintetizadores y toques psicodélicos
como referencia a Goblin (A Light Green),
pero que guarda su esencia (no puede pasar desapercibida Suspirium).




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