Música. First Man, Damien Chazelle (2018) & Bohemian Rhapsody, Bryan Singer (2018)


Cuatro eventos musicales ocurrieron hace un par de días que, personalmente, fueron trascendentales. Y claramente tenía que relacionarlos con el cine:

¿Quién no se deja estremecer al escuchar el inicio de la tercera parte del Réquiem de Mozart, Dies Irae, exaltado por la orquesta en vivo y un espectáculo audiovisual que solo resalta lo, de por sí, ya perfecto (tal como el joven Wolfgang con su inacabada obra)? Mi ignorancia musical solo logro percibir una hermosa melodía para órgano, la obertura y otras partes de Las bodas de Figaro K.492 además de un par de actos de Don Giovanni K.527, como antelación para la gran obra. La presencia de Susana Zabaleta hubiera sido suficiente con su simple interpretación, sin embargo, ofreció un par de discursos absurdos en un intento para disminuir 'la tensión y seriedad’ del momento (volvemos a un intento para ironizar la comedia de las óperas bufas por excelencia). Lo aciago del encuentro con ‘Por siempre Amadeus Réquiem de Mozart Espectáculo Monumental’ fue cáusticamente la incomodidad de las butacas en el último nivel (obviamente no hay reparos para tal obra). La recomendación fílmica solo cabe en Amadeus (1984) del director checo Milos Forman que, con sus atisbos históricos y tenue, pero sobresaliente, artificialidad de los personajes, logra guiarnos hacia la época, la música y la originalidad del gran compositor oriundo de Salzburgo. (En el siguiente enlace podrán encontrar la interpretación en vivo: https://www.youtube.com/watch?v=s3B3BBIaiF8)
¿Y quién no se deja inundar de emoción mientras corre sobre el andador Madero en la Ciudad de México hacia el zócalo, viendo su paso detenido bruscamente por una valla y agentes uniformados, teniendo que rodear hacia ‘16 de septiembre’ acompañado del estruendoso bajo de Paz Lenchantin con la maravillosa Gouge Away? El pasado sábado se presentaron de manera gratuita la banda de rock llamada Pixies en el zócalo capitalino de la Ciudad de México, en marco de la ‘Semana de las Juventudes 2018’. Con una vasto setlist de más de dos horas de duración, la organización del espectáculo nos deleitó con una excelente calidad en sonido y luces que, bajo la ondulante bandera y delimitado por los resplandecientes edificios coloniales, crearon un show imperecedero para nuestras memorias. Es irremediable que al escuchar Pixies se nos venga a la mente la fabulosa Where is my mind. Casi podemos olvidar la trascendencia musical e histórica del grupo al nublarse nuestro juicio por aquella última escena de Fight Club (1999) (sucede lo mismo con la fatídica pareja que mantuvo sexo oral en las inmediaciones del centro histórico orquestado irónicamente por Here comes your man). Pueden escuchar el setlist completo aquí: https://open.spotify.com/user/david.solis7/playlist/7M7W9fuxcBC6iZvgzPDNkO?si=LqPdRcRCTRqSYY4RfIPX8Q
Entre memes sobre ‘los millenials descubriendo Queen’, se estrena Bohemian Rhapsody (2018) película que sigue la trayectoria de Queen y, en especial, de Freddy Mercury. Con múltiples alteraciones en la dirección, el guion y los personajes, se presenta el filme culminado muy lejano a lo que vemos en la creación de la masterpiece ‘Bohemian Rhapsody’. Suceso tras suceso en un guion lineal que no intenta esforzarse por conectar en dramas verdaderos, solo esconde y se escabullen con tal facilidad que parece distar de la realidad (familia, drogas, sexualidad y soledad que solo reprime encontrando la catarsis en un cliché bajo la lluvia); Rami Malek logra casi convertirse en Mercury (con aquella mirada casi desorbitada, irremediablemente hace recordar a Mr. Robot) hacia el desenlace, al conectar con la música y resaltando algunos encuadres encantadores (véase el intento de comunicación con su amada Mary Austin desde su apartamento -y aquí suena ‘Love of my life'-). En conjunción con el potente final, logra encajar casi perfectamente con su premisa acerca de la conexión con el público, mientras que lo subversivo del ecléctico Mercury, así como toda la farfulla anterior, se desvanece al son de ‘Radio Ga Ga’.
Finalmente, se logra colar a la lista First Man (2018) de Damien Chazelle. Creerán que no tiene nada que ver con música, sin embargo, eso es lo que el joven director nos quiere hacer pensar (si conoces sus filmes anteriores sabes que no hay manera de que esto no guarde alguna relación con la música). En resumidas cuentas, es la historia de Neil Armstrong y su odisea hacia la Luna, basada en First Man: The Life of Neil A. Armstrong. Con una minuciosa producción (alternando diversos formatos de grabación) y posproducción (en cuanto a los efectos visuales y escenas en el espacio), logra contar una historia para experimentar el duelo de Armstrong (personalizado por un inmutable Ryan Gosling) y el cerco de muerte que se ciñe a su alrededor que contrasta con su familia y esposa (Claire Foy), aspecto que denota en la disminución en matices de colores resaltando la luz y oscuridad en esta ocasión. Chazelle logra transformar algo premeditado y aparentemente áspero en un relato que va más allá de la Luna.



Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo con First Man, Chazelle logra crear una gran aventura, logra plasmar la grandeza del anhelo humano en su historia. Que lástima que en los tiempos del MCU o DC la heroicidad cotidiana de la vida real ya no tengan nada que decirnos. Esta película merecía mayor reconocimiento y aprecio del que tuvo.

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